No han tardado demasiado las aves negras en salir a defenestrar ante la última caída. Opinólogos de turno buscaron la venganza de lo ocurrido al otro lado del río y, como siempre, echaron mano al hacha para hacer leña de árbol caído...
Defensores de la nada, quienes no han ganado nada, por poco no piden la cabeza de quien ha sabido ponerse al frente de un equipo diezmado y ha asumido todas las culpas de todo lo sucedido. Esos mismos hipócritas fueron quienes deseaban, por diversos motivos, no participar del certamen mayor y, cuando ésta peligraba, esbozaban tristeza y nunca creyeron ni tuvieron la confianza de que se podía lograr, pero se logró...
Hipócritas de todos modos. Hipócritas de una forma u otra. Hipócritas, siempre los mismos hipócritas. Probablemente se enorgullezcan de pertenecer a las filas de los Pasman o a las filas de la Sanfilippo Stone y tantos otros que, en nombre del periodismo deportivo hacen tanto mal.
Esta genuflexa horda humana no sabe, ni entiende, ni comprende, ni siente lo que es la pasión, ni la paciencia, ni la perseverancia... Exitistas al cien por ciento, lloran y abandonan las tribunas cuando a su equipo no les va bien. No saben lo que es esperar treinta y cinco años para salir campeón, descender y volver, zafar de la promoción, ir últimos y siempre seguir alentando y, cómo si fuera poco, llenando estadios.
Es la misma gente que apoyó a un técnico que sólo sacó tres puntos en el certamen mayor jugando sólo tres partidos hace ocho años y hoy no es capaz de sostener a alguien que sacó doce en un total de cinco partidos quedando ubicados en el quinto lugar.
Es simple y sencillo, como dice Iorio “solo transmito lo que observo, no es una invención de mi mente. Esto acontece cuando contemplo el presente”.
D10S, Perdónalos, no saben lo que hacen, ni mucho menos lo que dicen.
P.D.: La vida tiene muchas más alegrías y tristezas que un simple 0-4 en un mundial.